Yodo natural: beneficios, fuentes seguras y su importancia en la salud

El yodo es un micronutriente esencial que, aunque se necesita en pequeñas cantidades, cumple funciones vitales en el organismo. Su déficit o exceso puede provocar problemas de salud importantes, lo que hace fundamental conocer cuál es su papel, dónde encontrarlo de manera natural y cómo consumirlo de forma segura.

Ilustración de alimentos altos en yodo (huevos, leche, pescado, marisco)

¿Por qué es tan importante el yodo?

El yodo es indispensable para la producción de hormonas tiroideas (tiroxina o T4 y triyodotironina o T3), responsables de regular el metabolismo, el crecimiento y el desarrollo cerebral.

La OMS estima que más de 1.900 millones de personas en el mundo tienen una ingesta insuficiente de yodo, lo que convierte a la deficiencia de yodo en uno de los problemas de salud pública más frecuentes a nivel global.

Principales funciones del yodo:

  • Desarrollo del cerebro y sistema nervioso en el embarazo y la infancia.
  • Regulación del metabolismo energético.
  • Mantenimiento de la temperatura corporal.
  • Funcionamiento adecuado del corazón, músculos y sistema digestivo.

Consecuencias de la deficiencia de yodo

Cuando no se consume suficiente yodo, la glándula tiroides no puede producir las hormonas necesarias y puede aparecer:

  • Bocio (agrandamiento de la tiroides).
  • Hipotiroidismo: cansancio, aumento de peso, piel seca, intolerancia al frío.
  • Problemas en el desarrollo neurológico de bebés y niños.
  • Riesgo de complicaciones durante el embarazo.

En el extremo opuesto, un exceso de yodo también puede ser perjudicial y desencadenar alteraciones tiroideas. Por eso, el equilibrio es clave.

Recomendaciones diarias de yodo

Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la ingesta recomendada es:

  • Adultos: 150 µg/día
  • Embarazadas y lactantes: 200–250 µg/día
  • Niños: entre 90 y 120 µg/día (según la edad)

Fuentes naturales de yodo

El yodo se encuentra principalmente en alimentos de origen marino, aunque también puede estar presente en algunos vegetales según el tipo de suelo donde se cultiven.

Algas marinas

Son la fuente más concentrada de yodo natural, aunque su contenido varía mucho entre especies:

  • Kombu: extremadamente rica en yodo (hay que consumirla con moderación).
  • Nori: más baja, usada en sushi.
  • Wakame: fuente equilibrada y segura.

Plantas halófitas

Vegetales como la salicornia crecen en ambientes salinos y concentran minerales como el yodo, el magnesio y el potasio. Su versión en polvo es una alternativa saludable y baja en sodio para condimentar platos.

Pescados y mariscos

  • Bacalao, merluza, atún y salmón.
  • Gambas, mejillones y almejas.

Lácteos y huevos

Dependiendo de la alimentación del ganado y el uso de piensos enriquecidos en yodo.

Sal yodada

Introducida como estrategia de salud pública para combatir el bocio en muchas regiones del mundo. Sin embargo, hoy se recomienda limitar la sal común por su relación con la hipertensión y optar por alternativas como la salicornia en polvo o el uso moderado de sal yodada.

Cómo consumir yodo de forma segura

  • Varía tus fuentes: combina pescado, lácteos, huevos y vegetales marinos.
  • Evita excesos de algas: especialmente kombu, que puede aportar cantidades muy elevadas.
  • Consulta en embarazo y lactancia: en algunos casos, los médicos recomiendan suplementos específicos.
  • Elige alternativas naturales y sostenibles: como la salicornia, que aporta yodo y otros minerales con menos sodio.
  • Cuidado con los suplementos sin control: no todos los preparados de algas son seguros ni tienen etiquetado claro del contenido en yodo.

Conclusión

El yodo es un mineral imprescindible para la salud de la tiroides, el metabolismo y el desarrollo cerebral. Su deficiencia sigue siendo común en muchas regiones del mundo, pero puede prevenirse fácilmente con una dieta variada que incluya fuentes naturales como algas, pescados, mariscos, lácteos, huevos y plantas halófitas como la salicornia.

El reto está en encontrar el equilibrio: consumir suficiente yodo para mantener una buena salud sin caer en excesos. Apostar por opciones naturales y sostenibles no solo cuida nuestro organismo, sino también al planeta.

En definitiva: el yodo es un pequeño mineral con un impacto gigante en nuestra salud y bienestar.

Ilustración de una casilla de la tabla periódica del elemento yodo.

Escrito por Sara Montaner. Nos apoyamos en tecnología de IA.

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